Santiago, 24 de julio de 2024 – En medio de las fuertes críticas del sector bancario, la presidenta de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Solange Berstein, ha respondido a las preocupaciones sobre la nueva norma de Finanzas Abiertas. La normativa, que regula el sistema de finanzas abiertas (SFA) bajo la Ley Fintech, ha sido cuestionada por la Asociación de Bancos (Abif), que argumenta que varios riesgos no están siendo adecuadamente ponderados. Berstein, en un seminario organizado por las federaciones de cooperativas de ahorro y crédito Coopera y Fecrecoop, defendió la normativa y el proceso de su desarrollo. “Este ha sido un camino que hemos ido recorriendo con mucha conversación con las distintas industrias. A veces, las opiniones no son las mismas entre los distintos actores y entendemos que tenemos que, de alguna manera, ir calibrando la normativa”, señaló Berstein. La presidenta de la CMF subrayó que el rol del regulador en la implementación del SFA es crucial para equilibrar el bien común con los intereses de los distintos participantes. “Se entiende que lógicamente puede haber alguna inquietud o comentarios, que se recogieron, ponderaron, y se hicieron los ajustes extendiendo los plazos hasta donde podíamos. A través del foro consultivo vamos a poder ir avanzando en los elementos más técnicos”, agregó.
A pesar de los ajustes mencionados por Berstein, el gremio bancario, representado por José Manuel Mena, presidente de la Abif, ha expresado varias preocupaciones. Mena indicó: “Hay elementos sustantivos que no fueron modificados, o el cambio fue tan marginal que no elimina el riesgo”. Entre las preocupaciones se encuentran la falta de gradualidad en la implementación de la normativa, la protección de datos y la disponibilidad inmediata del sistema. Mena sugiere que la implementación debería ser más gradual, comenzando con las personas naturales y, tras un ciclo completo de evaluación, incorporar a las personas jurídicas. Actualmente, la normativa prevé solo tres meses de diferencia entre ambos procesos, lo que consideran insuficiente. “Tres meses es una simultaneidad, no es posible hacer una separación (…). Eso, a nuestro juicio, es incomprensible”, afirmó Mena. El gremio bancario insiste en la necesidad de un esquema de certificación robusto y centralizado, con múltiples resguardos para proteger la información de los clientes. Según Mena, “En el texto de la norma, el regulador no asume un rol activo, deja a los partícipes del SFA la responsabilidad de externalizar ese tipo de servicios, por ejemplo, subcontratar un certificado. Esperamos que el regulador tome más activamente este rol y defina un esquema, y lo mejor sería centralizar los servicios de certificaciones operacionales”. Además, la norma requiere una alta disponibilidad del servicio desde su inicio, pero Mena sugiere que la prioridad debería ser estabilizar el sistema y garantizar una interconexión adecuada antes de exigir disponibilidad total. “Aquí debiera buscarse prioritariamente que el sistema se estabilice y garantice lo más posible que la interconexión sea adecuada”, comentó Mena.
Berstein ha destacado que la CMF ha tomado en cuenta varios puntos discutidos con los gremios, aunque admite que no todos los cambios solicitados fueron implementados. La presidenta de la CMF reafirma el compromiso del regulador con un enfoque equilibrado que favorezca el bien común y promueva la innovación en el sector financiero, sin dejar de lado la seguridad y la protección de los consumidores. “Ponderar dónde ponemos el bien común sobre los intereses que cada partícipe puede tener” es fundamental para el éxito del SFA, indicó Berstein. La respuesta de Solange Berstein refleja un compromiso con el diálogo y la adaptación continua para asegurar que la normativa sirva al interés público mientras se mitigan los riesgos identificados por los actores del mercado.